LEYENDAS DE AMERICA: crónicas ancestrales: 9 (LEYENDAS-LEGENDS) - Softcover

Inhaltsangabe

Hay un hilo invisible que une todas las culturas del mundo: el arte de contar historias. Antes de que existieran los mapas, las bibliotecas o las fronteras, ya había voces narrando el origen de las estrellas, el rugido de los ríos y el porqué de la noche. Este libro es un intento de seguir ese hilo, de tender puentes entre el ayer y el hoy a través de relatos que, como semillas arrastradas por el viento, han germinado en distintos suelos, adaptándose y floreciendo en mil formas.

Al recopilar estas leyendas, no solo he buscado entretener, sino también rescatar un patrimonio que late en el corazón de comunidades desde los Andes hasta la Amazonía, desde las costas del Caribe hasta las selvas centroamericanas. Son voces que me llegaron al oído en mercados bulliciosos, en noches de luna junto a fogatas campesinas, y en las memorias frágiles de ancianos que custodian tradiciones como quien guarda un tesoro.

Cada una de estas historias es un espejo. En él se reflejan los miedos, los sueños y las preguntas que nos han acompañado desde que el ser humano alzó la mirada al cielo y se atrevió a nombrar lo desconocido. ¿Qué es la *Tulivieja* panameña sino una advertencia sobre el peso de las decisiones? ¿Qué nos dice la *India Dormida* sino que el amor, incluso petrificado, perdura más que los imperios? ¿Y cómo no ver en el *Güije cubano* un recordatorio de que la naturaleza guarda secretos que nuestra arrogancia jamás descifrará?

Este libro es también un acto de resistencia. En un mundo que avanza hacia lo homogéneo, estas leyendas son raíces que se aferran a la tierra, recordándonos que la identidad se nutre de la diversidad. Aquí conviven dioses antiguos con santos colonizadores, espíritus de ríos con fantasmas urbanos, y en esa mezcla —a veces caótica, siempre vibrante— se cifra la esencia de lo que somos: un mosaico de creencias, dolores y esperanzas.

No encontrarás aquí verdades absolutas, sino ecos. Ecos de risas que se apagaron hace siglos, de pasos que se perdieron en bosques ya talados, de lágrimas que aún mojan las páginas de la historia. Te invito a leerlas no como quien observa fósiles en un museo, sino como quien enciende una fogata y convoca a los ancestros para que cuenten, una vez más, su versión del mundo.

Que estas páginas te habiten, te inquieten y, sobre todo, te devuelvan la capacidad de asombro que yace dormida en todo adulto. Porque las leyendas no son mentiras: son la verdad disfrazada de metáfora. Y en un universo donde lo efímero se disfraza de eterno, quizás ellas sean lo más real que tenemos.

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