Los secretos de la moda al descubierto (SIN COLECCION) - Softcover

Lannelongue, Marie-pierre

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9788425222115: Los secretos de la moda al descubierto (SIN COLECCION)

Softcover

ISBN 10: 8425222117 ISBN 13: 9788425222115

Verlag: Editorial GG, SL, 2008

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Rare Book

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Rese�a del editor:

En Zara o en Gucci, en los noticieros de la tarde y sobre las marquesinas, en las p�ginas financieras de los peri�dicos o en las escaleras del festival de Cannes, la moda -ultramoderna, hiperlujosa o solamente accesible- es, a partir de ahora, un asunto de dinero y poder al mismo tiempo que una cuesti�n de estilo y de aspecto. La moda se ha convertido en un elegante campo de batalla donde se pelea a golpe de contrataci�n y traspaso de dise�adores, donde las finanzas se convierten en glamour y donde los rostros de las ciudades se transforman: en las avenidas elegantes, Dior y Vuitton se codean con Gap y Kooka�. �De d�nde surgen las tendencias? �C�mo fabrican Zara y sus colegas sus 'top' de moda a precios asequibles? �Por qu� la microfalda de la pasarela no resulta ser tan corta en la tienda? �Qu� es lo que empuja a las estrellas a servir de 'reclamo' para las marcas de lujo?

La autora arrastra al lector a los bastidores de las grandes casas de moda, as� como a los entresijos de las marcas m�s accesibles. Jugarretas, rumores, peque�os trucos y grandes estrellas: �sta es la cr�nica de un medio en ebullici�n.

Extracto. � Reimpreso con autorizaci�n. Reservados todos los derechos.:

Texto del pr�logo:

‘Pr�logo

'La copia no mata al original' (Gabrielle Chanel)

Recuerden... corr�an los a�os 90, est�bamos a las puertas del siglo XXI. Ya hab�an desaparecido las fantas�as de ciencia ficci�n sobre el futuro, del tipo 'ma�ana, todos iremos vestidos con monos espaciales y cogeremos las lanzaderas igual que hoy cogemos el metro'. Para ser honestos, era un estilo pasado de moda, que casi rozaba el kitsch, demasiado 2001 Odisea del espacio. El futuro era, pues, inminente y la �nica profec�a que se o�a era esta frase atribuida a Malraux: 'el siglo XXI ser� espiritual o no ser�'. Siempre y cuando las multitudes no siguieran realmente el estilo espaciotemporal. Ahora que nos encontramos de lleno en el nuevo siglo, es obligado constatar que las calles de las ciudades ni est�n pobladas de extraterrestres, ni repletas de lugares de culto de todos los estilos. En cambio, lo que s� vemos a menudo, al pasear por este peque�o planeta, por Shangai o por R�o, por Los �ngeles o por Se�l e incluso por Dakar o Calcuta, son chicos con vaqueros y gafas de sol de marca, chicas bien peinadas, con bolsos rutilantes y vestiditos de flores. �Exagerado? Apenas. �De verdad!

Nos guste o no, lo �nico que el siglo XXI ha aportado realmente es la globalizaci�n de los gustos y de los estilos. En cualquier lugar donde se instale Internet, es decir precisamente en todas partes, en cualquier lugar donde haya un atisbo de prosperidad econ�mica, o sea, cada vez en m�s y m�s pa�ses, en los pa�ses emergentes que constituyen el gran negocio de la d�cada, descubrimos los clips y las pel�culas, las revistas y las boutiques... La gente se rinde al denim y homenajea a las marcas. Se da una conversi�n generalizada a la moda, la moda, la moda. T�tulo tontorr�n, pero bastante revelador de un programa dedicado a la moda en una cadena de televisi�n por cable francesa. 'La moda, la moda, la moda:' es el refr�n que canturrean j�venes y no tan j�venes en los cuatro puntos cardinales del planeta. Lo que nos lleva a pensar, sin ninguna pretensi�n en la l�nea de Malraux, que el siglo XXI es desde ya mismo ultrafashion. �Exagerado? �Hemos borrado demasiado a la ligera las estrategias econ�micas, las cuestiones geopol�ticas, los (des)equilibrios ecol�gicos, las tensiones, las injusticias, los peligros que acechan al clima del mundo? S�, es cierto. Resulta, a todas luces, una estupidez no mirar m�s all� de nuestras shopping-bags. Sin embargo, ello no impide que los zapatos y los bolsos de las chicas constituyan un term�metro bastante bueno para medir la temperatura de una sociedad, tanto en Shangai, Delhi, Dakar o Sao Paulo como en Par�s, Madrid o Los �ngeles.

�Ejemplos? Los hay a miles, pero pongamos s�lo uno, el de Priyanka, de apenas veinte a�os, 'actriz de Bollywood', una expresi�n para designar a esas miles de j�venes indias, llegadas de todos los rincones del subcontinente para probar suerte en los estudios cinematogr�ficos de Bombay, los m�s prolijos de toda la historia del cine. Priyanka empieza a hacerse un hueco como enfermera en una sitcom [comedia de situaci�n] hospitalaria para la televisi�n. Y todas las noches, en este principio de verano asfixiante al borde del monz�n, va a cenar a Olive, el restaurante chic del barrio balneario de la Maximum City, vestida con su inevitable uniforme: vaqueros de cintura baja, camiseta de tirantes que deja el vientre parcialmente descubierto y sandalias de piel de color vivo. Cada d�a un color distinto: del verde manzana al fucsia, siempre a juego con la camiseta. Esas sandalias tradicionales las llevan todas las mujeres de la calle, esas hermosas mujeres vestidas con saris multicolores, pobres, pero incre�blemente nobles, con el pelo negro jade y decenas de pulseras doradas. 'Hace algunos a�os, ninguna chica de mi generaci�n hubiera querido llevarlas -reconoce Priyanka-, pero desde que se han puesto de moda en Europa y en Estados Unidos, se ven por todas partes: doradas, plateadas, de colores, de charol. As� que todas fingimos acabar de descubrirlas. Como si no conoci�ramos las ‘verdaderas’, �sas de cuero grasiento, gastadas, calzadas por mujeres que s�lo dispondr�n de un �nico par en toda su vida'. Sin duda, la India es un pa�s en proceso de mutaci�n. �Qui�n se atrever�a a decir que la moda no tiene nada que ver en ello?

Las mil y una cosas que forman el circo de la moda -las prendas, las marcas, las maniqu�es, los creadores- son, por lo tanto, las vencedoras. La costura, el chic, el estilo, la tendencia, las frusler�as -ll�menlo como prefieran- se han convertido en negocios de primera l�nea. En las portadas del telediario y en las portadas de las revistas, en la secci�n de econom�a de los peri�dicos, as� como en las p�ginas de estilo, sobre las alfombras rojas de los estrenos de cine y en los pasillos del metro, en las ciudades dormitorio y en los barrios residenciales, en los centros comerciales y en las calles elegantes, en todas las calles de todas las ciudades. Nadie puede actualmente ignorar la ley del estilo, la tendencia del momento, el nombre del creador que oficia en Givenchy (el italiano Ricardo Tisci) o, sobre todo, el que visti� a Cecilia Sarkozy para la ceremonia de investidura de su marido Nicolas para la presidencia de la Rep�blica Francesa (Prada, por supuesto)... En Francia, este �ltimo acontecimiento se ha elevado casi de forma instant�nea al rango de acontecimiento hist�rico. La presidenta tiene una buena imagen, ha empezado el estado de gracia: en 2007, en Francia, �ste es el tipo de comentario que hace las veces de an�lisis pol�tico.

En la d�cada de los ochenta, los soci�logos dec�an que Occidente viv�a una dictadura del look. La situaci�n perdura m�s all� de toda esperanza y ha sobrepasado las fronteras del viejo mundo. Sobre todo, la moda se ha convertido en un �mbito mucho m�s rico y vasto que una simple cuesti�n de apariencia. En �l se habla de prendas de vestir y de negocios, de accesorios y de pol�tica. En cierto modo, hay para todos los gustos.

Con el cambio de siglo, la moda se ha convertido en una industria como las dem�s, globalizada y, por lo tanto, organizada, en manos de megafirmas capaces de operar en todos los continentes y de mover monta�as de dinero. Y el lujo atrae, en todo el mundo, a decenas de miles de personas: los ricos, los muy ricos, los cada vez m�s ricos, sobre todo si pertenecen a esos cacareados pa�ses emergentes. Oligarcas rusos y nuevos ricos chinos, industriales indios y grandes terratenientes brasile�os se han reunido, en los registros de pedidos de las tiendas elegantes, con los peque�os genios de la inform�tica californiana y con los financieros de la City. Por citar �nicamente a algunos de los miles de privilegiados para los que comprar un bolso de piel de cocodrilo, cuyo precio equivale al salario de una maestra, es tan natural como respirar. Detr�s de ellos, muy lejos, est�n tambi�n miles de consumidores que se han aficionado a la moda y que ahorran para poder comprarse un bolso de marca o esperan a que lleguen las rebajas para hacerse con unos zapatos italianos costos�simos. Son las 'fashionistas” de base, que se nutren de las revistas de moda y adoran a Kate Moss; los profesionales de la inform�tica o de las finanzas, que intentan poseer alg�n s�mbolo de estatus (un reloj caro, un bolso m�tico); pero, sobre todo, los representantes de las clases medias del difunto Tercer Mundo o del mundo comunista, en China, en Brasil, en India, en Rusia, en toda la Europa del Este, que descubren gustosos los encantos del consumo de prendas de vestir. La moda, �nuevo opio del pueblo? Algo hay de eso...

En cualquier caso, el fen�meno ha adquirido tal amplitud que el p�blico se ha familiarizado con otros nombres que no son s�lo los de los modistos, con otras siglas aparte de las de las casas... Aqu� llegan Bernard Arnault y LVMH (Louis Vuitton Mo�t Hennessy), el n�mero uno mundial del lujo, que posee un abanico de marcas de prestigio, entre las que se encuentran Christian Dior, Louis Vuitton, el champa�a Mo�t et Chandon o los perfumes Guerlain, �por s�lo citar algunas! Bienvenidos tambi�n Fran�ois Pinault y su hijo Fran�ois-Henri Pinault, pap� del beb� de Salma Hayek y quiz�s su futuro marido, pero tambi�n el due�o de la Fnac y de la Redoute, a la cabeza del grupo PPR (Pinault Printemps Redoute) que se ha convertido en un challenger al tomar el control de Gucci Group (Gucci, YSL, Boucheron, Balenciaga...). Aqu� llega Karl Lagerfeld, con su coleta empolvada y sus 42 kilos de menos, en el papel de emperador prodigiosamente inteligente, cultivado y mordaz, excelente 'cliente' de los medios del mundo entero, �capaz de provocar memorables tumultos cuando su colecci�n 'Karl para H&M' lleg� a los estantes de la cadena! �Aplaudan al imperio Zara, capaz de ofrecer tendencia impecable a bajo precio en Dubai o M�xico! �Un bravo por el estilo a la �ltima de Mango, otra cadena de moda a la que ya nadie se atrever�a a calificar de mala calidad y que se permite el lujo de que estrellas como Milla Jovovich y Pen�lope Cruz dise�en colecciones para ella!

Todo el mundo, o casi, se ha familiarizado con este universo: los ricos y los no tan ricos, los viejos y los j�venes, las mujeres y los hombres... A ellos se dirige este libro. Porque son conscientes, en el momento de pasar por caja, de que la dependienta no s�lo les mete en la bolsa una chaqueta o un pantal�n, un bolso o un cintur�n, sino todo un sistema. As� pues, se trata de guiarles para hacerles pasar por detr�s de la caja y acompa�arles entre bastidores. Los que van en busca de revelaciones escabrosas acerca de las costumbres disolutas de un determinado entorno, acerca de las infamias de un universo despiadado entre delgad�simas maniqu�es exang�es y creadores lun�ticos y de mucho car�cter, pueden cerrar este libro: no se trata aqu� de alimentar las fantas�as sobre un mundo que no es ni m�s ni menos 'corrupto' que otros, pero en el que, sin duda, la gente se divierte y se apasiona mucho m�s que en otros. Los que esperan entender las maniobras burs�tiles de los grandes grupos y los tratos secretos que se llevan a cabo en las compras de las casas est�n invitados a abonarse a la prensa econ�mica: es necesario un peri�dico para seguir los m�ltiples cambios de direcci�n de los negocios del lujo... que acaban cansando incluso a los m�s sagaces observadores.

En cambio, todos aquellos que aman la moda est�n invitados a pasar. Vamos a intentar explicarles c�mo se fabrica actualmente. Y, lo prometemos, incluso hablaremos de alguna infamia y de bastantes cambios. Porque la moda es algo m�s que un �mbito profesional. Es una corte con sus semidioses y sus peque�as estrellas, sus genios y sus cortesanos, sus personajes clave y sus par�sitos, sus pasiones y sus bajezas, sus apuestas estrat�gicas y sus peque�as miserias. Es un sal�n, es la corte. Es Versalles, versi�n globalizaci�n y mucho dinero. Si les gust� Mar�a Antonieta de Sofia Coppola, el mundo de la moda no les decepcionar�. Es de color rosa chicl�, como los dulces de la pel�cula, decadente y absurdo como la vida de corte, pero no por ello menos divertido. Aqu� tambi�n, en sordina, en un universo entre algodones, se oyen a lo lejos los ruidos del mundo. La �nica diferencia: no se conoce -todav�a- el final. �Tomar�n brioche?’

Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edici�n: Editorial Gustavo Gili SL

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VerlagEditorial GG, SL
Erscheinungsdatum2008
ISBN 10 8425222117
ISBN 13 9788425222115
EinbandTapa blanda
Auflage1
Anzahl der Seiten208
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